Las palabras última o último, cuanto daño hacen y cuantas veces utilizamos esa palabra sin saber el destrozo o el arreglo que va a causar. Cuántas veces me he acordado de tu última llamada, de tu última palabra, de tu último viaje, de tu último beso... Me acuerdo de nuestro último baile y del último paseo. También de la última excursión. Y no se por que siempre recordamos las últimas cosas quizás es por que marca un antes y un después en un aspecto de la vida. Pero querido. Esto no pasa... Y en el único contexto que jamás podré poner 'última' será en 'esta es la última vez que te escribo' o ' esta es la última vez que te lloro', nunca podré dejar de escribirte y decirte cuanta falta nos haces y que después de todo mi mundo ahora va a peor. No sabes lo que es estar esperando o añorando una llamada que te diga "chiquitita" o escuchar por casa las zapatillas arrastras de caminar. No sabes tampoco el eco y el vacío que provocó tu pérdida en nuestros corazones. El cúmulo de emociones, el no saber, el no estar aquí aún estando. No imaginas lo imposible que veo ahora el no volver a verte. Eso de que el tiempo lo cura todo no es verdad, las heridas siguen sangrando y según que día derrama más o menos, pero duele igual. Y que pena haberte tenido y ahora tener que dejar de acostumbrarme a tus pasos. Tendré que dejar de imaginarme tu aspecto, dejar de imaginar tu sonrisa, dejar de imaginar tus palabras de apoyo, y tener que dejar de imaginar que sigues cuidándome. Pero lo que nunca dejaré de hacer será quererte y recordarte. Porque yo papá vivo de tus recuerdos y los necesito para quererme.
