domingo, 19 de abril de 2015

Hablando con la luna

Hace tiempo que hablo con la luna, y ella siempre me dijo que tu voz sería tan sensible y suabe al pronunciar mi nombre como los ángeles que bajan a cuidar los sueños de las personas. Me comentó que tus caricias me harían sufrir condena por esperar a la siguiente, como ella espera 12 horas por ver el Sol unos instantes. Me dijo que despues de ti tendría un motivo por el que despertar. Me contó que después de ver tu sonrisa, los cuentos de hadas y el  infinito me iba a parecer cortos.Que después de amanecer a tu lado no necesitaría nada más que rozar tu piel en cada movimiento somñolento. Que verte sería un placer y conocerte una bendición.  Pero yo no tuve otra respuesta que llamarle mentirosa. Se quedaba corta con todo lo que me había dicho, cuando te ví, mi vida se paró. En unos segundos fui capaz de imaginarme mil vidas a tu lado de todas las formas, maneras, y con todo tipo de detalles. Cuando me hablaste, mi cuerpecillo empezó a saltar, a brotar como lo hacen las flores en primavera. Fue cuando me rozaste, donde comprendí que existía esa persona que verdaderamente me iba a hacer volar, me creí todos esos cuentos de vivir felices y comer perdices, porque hay siempres de un instante y de toda una vida, y cada vez que tú me rozas es un instante que siempre me provoca la misma reacción que me provocaba hace tiempo. Se equivocaba la Luna, tu eres mucho más que alguien, eres más que cualquier estrella, que cualquier divinidad, eres totalmente indefinible. Totalmente perfecto

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